sábado, 14 de febrero de 2009

Sueños y lo sobrenatural

Dimensiones

Son los diferente puntos de vista de la realidad. Dimensión 1: Me duermo. Dimensión 2: Estoy siendo llevada por un caballo blanco a una esfera superior. Dimensión 3: la gente que me rodea, con sus propias dimensiones. Dimensión 4: la gente que me rodea, de nuevo, en todo el mundo, hablando miles de lenguas distintas. Otra dimensión: el lugar donde quieres ir cuando te aburres o te agobias. [AD AETERNUM] No es muy profundo. Debe ser que tengo demasiado sueño.

Lo viejo y lo nuevo

El mundo es un lugar nuevo cuando despiertas.
No escuches a quien te diga que no es así.
Cada noche escuchas voces nuevas en tus sueños.
Los niños traen nuevos sueños.Los siglos han pasado.El mañana es una ilusión.
Cada mañana, el ayer nos avisa con sus tormentas;
la noche que sigue,
miles de personas habrán pensado,
soñado, crecido.


Apuntes sobre la privacidad en internet.


¿Se fueron ya? Preguntó una niña al aire, escondida en el armario de sus pensamientos. La casa era tan grande. Imposible saber si se habían ido desde allí. Había que salir de aquel armario. La niña se armó de coraje y salió, intentando hacer el menor ruido posible.
El cuarto estaba desordenado. Habían registrado.

Las ventanas, abiertas de par en par, dejaban entrar un sol esclarecedor. Esa clase de sol al que sabes que no puedes ocultar nada. El viento movía las cortinas blancas.
La niña sólo se atrevió a asomarse un poco.

No había nadie en el jardín.

El sol la pinchó el carrillo y durante ese instante se sintió consolada. Bajó con cuidado las escaleras, intentando no hacer crujir la madera. Desde arriba no parecía haber nadie. "Se habrán ido ya", pensó para sí.

Oyó maullar al gato, como pidiendo atención. Bajó.
La salita también estaba revuelta, los libros esparcidos por el suelo, las revistas rotas, ¿qué intentarían encontrar? Un sonido en el piso de arriba. Pasos pesados, de hombre maduro. La certeza de no estar sóla. "No puede ser, vengo de allí." Nada.

La niña despierta en su cama. Todo está en orden. Es de noche. Grita: "¡mamá, papá! Sus padres le mienten, le dicen que no ha pasado nada, que lo ha soñado. Se miran entre ellos, preocupados. La dejan sóla.

Ella se levanta y abre el armario. La ropa del sitio donde se había escondido está aplastada por el peso de su cuerpo.
"Se han olvidado de colocar esto", piensa.

¿Por qué sus padres le mienten? ¿Qué buscaban los hombres con abrigos oscuros? ¿Qué había sucedido desde esa mañana? Se acerca a la ventana. La abre. La noche es fresca y tranquila. La niña vuelve a la cama. Sabe que algo se ha ido para siempre. Ahora ella tendrá también que mentir para seguir viva.