Tienes mi corazón entre tus manos,
pero no parece importarte.
Me transformo en agua
cada vez que llego a ti...
Cada día me he preguntado tu nombre,
de dónde venía tu ira,
cada día luchando contra un poder invisible,
sin lugar a dudas,
tu ángel te abandonó.
Y aún así, cada día, me pregunto
de dónde habrás salido.
Es muy fácil para mí,
dejar mi corazón en paz,
no volver a pensar en ti,
no agarrarme a esto nunca más.
Pero hay una promesa de dicha en tu voz, hay
una promesa de dicha en tu voz,
y sé que en tus manos se escriben canciones
de amor,
que todo, menos quizá la muerte
tiene solución.
Con mis ropas rotas, frente al mar,
oscuro y en llamas,
me pregunto si queda esperanza
si queda sitio en este mundo,
para nuestro amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario